Órdago de la resistencia palestina
8 de octubre, 2023
Órdago de la resistencia palestina
La guerra es siempre una desgracia. La destrucción, la muerte y el sufrimiento que le son propios alcanzan siempre una magnitud terrible, difíciles de asumir dentro de los límites de la razón. Y aún así, siendo plenamente consciente de todo ello, hay ocasiones en las que a un pueblo no le queda otra salida que la guerra. Ayer, 7 de octubre del 2023, se convirtió en una fecha que sin duda será recordada por mucho tiempo: la Resistencia Palestina asestó el mayor golpe que probablemente jamás haya recibido el estado de Israel en toda su historia.
Una de las cuestiones que debiéramos de subrayar primeramente es que, a diferencia de lo que podemos leer en la gran mayoría de los medios, la ofensiva no ha sido organizada solo por Hamas. Si bien es esa organización la que lidera y hegemoniza el conjunto de la Resistencia en Gaza, esta operación es fruto de una alianza de todas las fuerzas palestinas que luchan por la liberación de Palestina desde esa gran prisión en la que Israel ha convertido a Gaza. Desde facciones de carácter islamista, conservador e incluso anti-comunista (como la propia Hamas), hasta grupos revolucionarios de inspiración marxista-leninista, como el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP). Hay ocasiones en las que la propia supervivencia de un pueblo hace necesario el establecimiento de alianzas de unidad nacional (¿interclasista?) que superan el mero eje de la contradicción de clase. Con todo, y siendo conscientes de que nuestras organizaciones de referencia (principalmente el FPLP) son minoritarias entre las fuerzas que componen la Resistencia Palestina, desde Euskal Herria no cabe más que mostrar nuestra más profunda solidaridad con el conjunto de la lucha por la liberación de Palestina.
Otra cuestión a destacar es lo que toda esta ofensiva supone para el estado israelí. Después de años de un sometimiento salvaje y brutal sobre la franja de Gaza, de barrios enteros destruidos, de miles de muertos y desplazados, de condenar a millones de personas a la más absoluta miseria; después de convertir Gaza en el mayor campo de concentración del mundo, la parcela de territorio más intensamente vigilado y monitorizado por medio de todo tipo de tecnología punta... Hablamos de uno de los ejércitos más avanzados del mundo (sobre todo en desarrollo armamentístico y tecnológico); de uno de los servicios de inteligencia (el Mosad) más prestigiosos del mundo. Pues bien, si después de todo esto la Resistencia Palestina es capaz de asestar semejante golpe, una ofensiva perfectamente organizada por tierra, mar y aire, de liberar territorios que llevaban décadas ocupados por asentamientos de colonos israelíes, de tomar bases militares israelíes y hacerse con material pesado, de matar y capturar a cientos de israelíes… el fracaso es de una magnitud histórica que difícilmente podemos calibrar. El fundamento mismo para la existencia de cualquier estado, pero sobre todo de Israel, es su capacidad para garantizar la seguridad de su ciudadanía, cueste lo que cueste. Y tal presupuesto acaba de saltar en pedazos. Recordemos que durante los últimos años el ejército israelí organizaba duras campañas de castigo contra Gaza tras acciones en las que dos, tres, cuatro soldados eran ejecutados o capturados. Lo sucedido ayer supera en muchos órdenes de magnitud todo lo conocido hasta ahora.
Si a eso le sumamos la inestabilidad interna que ha caracterizado a Israel durante los últimos meses, con numerosos casos de corrupción, protestas y revueltas populares e incluso un golpe de estado judicial, la situación es muy complicada. A día de hoy es imposible de prever lo que sucederá en el lado israelí las próximas semanas y no deberíamos subestimar su resiliencia y capacidad para restituirse. Pero una cosa está clara: el sueño sionista de un Estado-nación judío en el que los judíos de todo el mundo puedan vivir en paz parece estar herido de muerte.
Con todo, muchas auguran que después de esto Israel arrasará hasta los cimientos la franja de Gaza. ¿Pero es posible tal cosa? Desde el punto de vista técnico-militar, podríamos pensar que sí, dadas las capacidades avanzadas que se le presuponen al ejército israelí. Sin embargo, si descartamos el uso de armamento nuclear (del que Israel posee entre 75-400 ojivas) o el asesinato masivo e indiscriminado de toda la población palestina, la resolución de la cuestión palestina en Gaza desde la perspectiva israelí solo sería posible con una incursión terrestre que fuera casa por casa y estableciera el control militar total y permanente sobre el conjunto de la franja. Teniendo en cuenta que ese territorio con 2.000.000 de habitantes, un tejido urbano extremadamente denso y complejo y una red de túneles cuya extensión es difícil de calcular, la batalla urbana que sería necesaria para lograr tal fin se intuye extremadamente costosa para cualquier ejército del mundo, incluido el israelí. Pero además de todo ello, la milicia libanesa Hezbollah ya ha anunciado que si las fuerzas israelíes comienzan una incursión terrestre en Gaza entrarán en guerra con Israel. Y esto nos lleva a la siguiente y última reflexión, el de la escalada regional. Recordemos que Hezbollah es a día de hoy una de las fuerzas con mayor experiencia en combate que existe en Oriente Medio tras años de lucha en la guerra civil siria. Y sobre todo: la única guerra que ha perdido Israel fue contra Hezbollah, en el año 2006. Se cree que a día de hoy cuenta con alrededor de 100.000 efectivos bien armados y ligados estrechamente a Irán. Si realmente entra en guerra abierta con Israel el conflicto saltaría a una escala regional, con la posible participación de fuerzas sirias y el aumento del riesgo de un enfrentamiento directo entre Israel e Irán. La posibilidad de tal escenario limita mucho la maniobrabilidad con la que cuenta a día de hoy Israel, incluso para intervenir en la propia franja de Gaza.
Por último, en ese plano regional hay que considerar otros factores que pueden ayudar a explicar el sentido estratégico de una operación de este tipo por parte de la Resistencia Palestina. Es un hecho que durante los últimos años cada vez más países árabes han ido reconociendo al estado de Israel y normalizando las relaciones diplomáticas y económicas con el mismo (Marruecos, Sudán, Bahrein y Emiratos Árabes Unidos). Esto es una cuestión de gran relevancia dada la solidaridad y el apoyo histórico del mundo árabe en particular y el musulmán en general a la causa palestina. Pues bien, durante las últimas semanas, se han ido intensificado las negociaciones entre Israel y Arabia Saudí y los rumores de un acuerdo histórico entre las dos potencias eran cada vez mayores. No olvidemos que Arabia Saudí es una de las principales potencias árabes y referente indiscutible en el mundo islámico. Tal acuerdo, que ya se empezaba a conocer como el “Acuerdo del Siglo” hubiera supuesto una auténtica traición a la causa palestina. Qué duda cabe que nos encontramos ante un contexto internacional de gran inestabilidad y que se están estableciendo las bases para la configuración de un nuevo orden mundial. Ante ello, es muy probable que la Resistencia Palestina, consciente de que pudiera quedar fuera de juego en ese nuevo escenario regional y mundial, haya decidido dar un golpe sobre la mesa. Un golpe que desde el punto de vista militar ha estado magistralmente ejecutada, pero que no está carente de riesgo y que es fruto de la situación de desesperación que les ha sido impuesta. Como si estuvieran jugando su última carta.
A día de hoy aún no conocemos la magnitud real de lo que está sucediendo en Palestina y no podemos prever el desarrollo que tomará en el futuro, tanto a escala local como regional. Lo que sí podemos saber es cuál es nuestra posición respecto a la lucha de liberación de Palestina. Y ahí no tenemos ninguna duda:
¡Yallah la Resistencia Palestina! ¡Yallah Palestina libre!